La Universidad Arturo Prat y la Universidad de Cuenca de Ecuador realizaron Clase Espejo acerca de los productos naturales y el conocimiento ancestral
Desde Tarapacá hasta la región andina de Ecuador, el conocimiento ancestral se encontró con la ciencia en un aula sin fronteras. En una experiencia de internacionalización en casa, la Universidad Arturo Prat (UNAP) y la Universidad de Cuenca, ubicada en la provincia del Azuay en Ecuador, realizaron su primera Clase Espejo, centrada en la investigación de productos naturales con identidad territorial y enfoque intercultural.
Esta colaboración se enmarca en el programa Internacionalización en Casa, impulsado por la Dirección General de Vinculación y Relaciones Internacionales de la UNAP, y busca tender puentes entre saberes científicos y ancestrales para generar conocimiento pertinente, ético y sostenible.
“Conectar el conocimiento ancestral con la ciencia moderna nos permite generar investigaciones con sentido, respetuosas del territorio y de las comunidades que lo habitan”, destacó la Dra. Cristina Quispe Chávez, académica de Química y Farmacia de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UNAP.
CONOCIMIENTO SIN FRONTERAS
La clase, realizada de forma virtual y sincrónica, reunió a estudiantes y docentes de ambas universidades, uniendo comunidades académicas separadas geográficamente pero profundamente conectadas por su herencia cultural y biodiversidad. La sesión fue liderada por la Dra. Cristina Quispe Chávez (UNAP) y la Dra. María Cázar Ramírez (Universidad de Cuenca), ambas con destacada trayectoria en el estudio de plantas medicinales y bioprospección responsable.
“El cactus de San Pedro es solo un ejemplo de cómo una misma especie tiene significados y usos rituales similares en distintos territorios andinos. Estudiarlo desde el respeto nos abre a una ciencia más ética y contextual”, señaló la Dra. María Cázar Ramírez, de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Cuenca.
ENTRE CIENCIA Y ANCESTRALIDAD
Durante la clase, las investigadoras guiaron un recorrido por el uso medicinal y ritual de diversas especies vegetales, promoviendo a través de este encuentro una visión ampliada de la ciencia, incorporando no solo datos y evidencia, sino también la sabiduría transmitida de generación en generación por los pueblos originarios. “La enseñanza de la ciencia debe estar profundamente ligada a la cultura. No podemos entender la naturaleza si no comprendemos cómo la viven y valoran los pueblos que la habitan”, reflexionó la Dra. Cázar.
En tanto, la Dra, Quispe afirmó que “Desde regiones contribuimos a una ciencia descentralizada, conectada con las necesidades del territorio. Esta experiencia abre caminos para investigaciones compartidas que nacen desde el respeto mutuo”.
Las docentes enfatizaron la importancia de desarrollar una ciencia ética que reconozca a las comunidades como coautoras del conocimiento y no solo como fuentes de datos.
“Respetar los términos de cada comunidad es parte de una ciencia ética. La retribución no siempre es económica, a veces es simplemente escuchar y actuar con coherencia”, señaló Cázar.
PEDAGOGÍA TRANSFORMADORA
La Clase Espejo no solo permitió el intercambio académico, sino que también generó un espacio emocional y transformador para el estudiantado. El modelo pedagógico desafía a docentes y estudiantes a mirar más allá del aula tradicional y abrirse a nuevas culturas, enfoques y formas de entender el conocimiento.
“La ciencia también se aprende desde la emoción de descubrir similitudes con otros pueblos. Ver a nuestras y nuestros estudiantes dialogar con sus pares ecuatorianos fue una experiencia profundamente transformadora”, expresó Quispe.
Asimismo, la investigadora ecuatoriana agregó “Las y los futuros profesionales en química y farmacia deben conocer el valor del conocimiento ancestral. Solo así podrán ofrecer respuestas pertinentes y culturalmente adecuadas en salud y sostenibilidad”.
IMPACTO Y PROYECCIÓN
La actividad fortalece el posicionamiento de ambas universidades en redes académicas latinoamericanas y sienta las bases para futuras colaboraciones científicas interculturales. Se proyecta replicar este modelo en otras disciplinas, con publicaciones conjuntas y actividades formativas compartidas.
“El norte de Chile es un laboratorio vivo de biodiversidad y tradición. Asociarnos con universidades como Cuenca nos permite poner en valor esta riqueza desde una mirada científica e intercultural. Las nuevas generaciones deben reconectar con los saberes del pasado para construir un futuro más sostenible y justo. Esa es nuestra invitación desde la ciencia”, concluyó la Dra. Quispe.
MÁS INTERNACIONALIZACION
“La internacionalización suele asociarse únicamente a la movilidad física y presencial, es decir, a viajes entre países que promueven el desarrollo de competencias culturales para un entorno global. Sin embargo, en los últimos años se han incorporado, y actualmente se están fortaleciendo, estrategias que no requieren desplazamiento, pero que igualmente apuntan a formar esas habilidades”, explicó el director de Vinculación con el Medio y Relaciones Internacionales (DGVRI), Diego Olivares Zuleta.
Entre estas estrategias, destacó las Clases Espejo y la metodología COIL (Collaborative Online International Learning), que permiten un uso eficiente de los recursos disponibles, promoviendo la colaboración intercultural desde el aula y mediante plataformas digitales.
La autoridad universitaria, señaló que estas instancias representan nuevas oportunidades para la comunidad universitaria, e hizo un llamado a participar:
“Para sumarse a estas iniciativas, es necesario capacitarse. Desde la DGVRI hemos estado trabajando con las facultades para entregar herramientas que permitan integrar la internacionalización en el quehacer diario de nuestra universidad”.
Quienes deseen más información o estén interesados en participar, pueden contactar a la profesional de la Dirección, Marta Herrera, al correo martaher@unap.cl.
“Queremos impulsar experiencias que conecten a nuestra comunidad con otras realidades del mundo, más allá del aula”, concluyó el director de la DGVRII.
Fuente: Universidad Arturo Prat
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